Que el fútbol llega a todo tipos de extremos dejando en el medio una pila de anécdotas no hay duda. ¿Pero se puede morir por fútbol Hace mucho tiempo estos muchachos demostraron que la pelota puede conducir a cualquier cosa. Incluso enfrentarse a los peores genocidas de la historia mundial y humillarlos.
Les dejamos otra gran historia para el arranque de semana...
En 1941, Ucrania formaba parte de la URSS.Su capital, Kiev, fue ocupada por los nazis hasta 1943.Durante el tiempo que duró la ocupación, la ciudad se llenó de refugiados y prisioneros de guerra.Estos eran despojados de todos sus bienes y se les prohibía trabajar y vivir en casas,por lo tanto eran condenados a vagar por las calles, donde se buscaban la vida lo mejor que podían.
Los nazis habían prohibido el fútbol, ya que el Dinamo había sido fundado por miembros de la policía comunista.Como resultado de la prohibición de este deporte, los integrantes del Dinamo de Kiev fueron incluídos en las listas nazis, declarándolos prisioneros de guerra o refugiados.
Josef Kordik, un panadero alemán aficionado al fútbol, caminaba por una calle cuando se fijó en un vagabundo, al que creyó reconocer.Se acercó a el y descubrió que definitivamente lo conocía.Ese vagabundo, vestido con harapos y malviviendo en la calle, era su ídolo Mykola Trusevych, portero del Dinamo de Kiev.Al verlo en tales condiciones, y tras engañar a los nazis, le ofreció un trabajo en su panadería.
Tras recuperarse un poco de la dura vida en la calle, Trusevych afianzó su amistad con Kordik, y pasaban grandes ratos hablando de fútbol.Fue cuando el portero le dijo al panadero que muchos otros jugadores estaban en condiciones iguales o peores que él antes de trabajar en la panadería.Entonces el panadero tuvo una gran idea.Le dijo al portero que en lugar de trabajar en la panadería, se dedicase a buscar a sus compañeros.Mientras tanto el panadero seguiría cumpliendo como pagador.
Tras un tiempo recorriendo las ruínas de la ciudad, el portero encontró a muchos de sus compañeros, y el panadero les dio trabajo.El portero también encontró a 3 jugadores del Lokomotiv, uno de los rivales del Dinamo, y decidió sacarlos de la calle y darles un empleo en la panadería de Kordik, quien mediante engaños consiguió que los nazis no se enteraran de lo ocurrido.
Así, en la clandestinidad, decidieron retomar el equipo de fútbol, y adoptaron el nombre de F.C. Start, y se dedicaron a jugar partidos contra equipos formados por soldados alemanes, y en ocasiones a soldados del bando enemigo.A pesar de trabajar en la panadería todo el día, y pese una alimentación bastante menos saludable de lo debido, el equipo ganaba todos los partidos.
Los alemanes empezaban a hartarse de que un equipucho de panaderos ganara todos los partidos, y algunos mandos nazis empezaron a barajar la posibilidad de terminar definitivamente con el equipo.Decidieron finalmente hacer una pequeña selección de los mejores jugadores de la Luftwaffe -las fuerzas armadas nazis- con el objetivo de derrotar a los panaderos y confirmar la supremacía alemana.El equipo nazi recibió el nombre de Flakelf.
Se celebró el partido y el resultado fue de 5-1 a favor de los panaderos, a pesar de las malas artes y el juego sucio de los alemanes.Sucedió también que los alemanes se enteraron de los engaños del panadero y dieron orden de matarlos a todos, pero los mandos nazis lo impidieron.No querían que los futbolistas murieran como vencedores, y programaron otro partido, de revancha, al que le dieron el nombre de El partido de la muerte.
El partido de la muerte se celebró el 9 de agosto.Cuando el partido estaba a punto de empezar, un oficial de las SS se dirigió al vestuario del equipo de los panaderos y les dijo: “Soy el árbitro, respeten las reglas y saluden con el brazo en alto”
El equipo formado por los nazis se adelantó en el marcador, pero los panaderos remontaron y se llegó al descanso con un resultado de 2-1.En el intermedio se produjo otra visita al vestuario de los panaderos, pero esta vez fueron más oficiales armados y los amenazaron directamente, diciéndoles: “Si ganan, no queda nadie vivo”
Los jugadores del equipo de los panaderos se plantearon no salir en la segunda parte por el miedo lógico a la muerte, pero todas las atrocidades cometidas por los nazis, toda la gente que moría en las calles cada día, sus amigos, su familia… con todo eso en la mente, los panaderos decidieron salir.Y no sólo eso.Salieron y le dieron un repaso a los nazis.Incluso se permitieron reírse y avergonzar a los nazis.En un lance del partido, con el marcador de 5-3 favorable a los panaderos, el ruso Klimenko se enfrentó mano a mano con el portero alemán, lo dribó y cuando iba a marcar se dio la vuelta, se dirigió al medio del campo y echó el balón a fuera.El estadio aplaudía a los panaderos ante la vergüenza de los nazis.
Los mandos nazis tomaron la decisión de matar a todos los integrantes del equipo de los panaderos, pero no podían hacerlo en el momento, ya que el estadio estaba abarrotado, así que decidieron dejarlos ir.Por el momento.Unos días más tarde, la Gestapo -la policía secreta alemana- se presentó en la panadería y detuvo a casi todos, acusándolos de pertenecer a la policía comunista.3 jugadores se escondieron y lograron evitar a la Gestapo.
Unos jugadores fueron ejecutados directamente, y otros fueron enviados a los campos de concentración de Siretz, como Mykola Trusevych, el portero, quien murió mientras era torturado.Lo torturaron y asesinaron con la camiseta del equipo puesta.
Cuando la ciudad fue liberada, los supervivientes Tyutchev, Sviridovskiy y Goncharenko, contaron su historia al periódico Izvestia, en 1943.
Monumento dedicado a los héroes del partido de la muerte
Llegamos al fin de la historia, y volvemos al presente.A día de hoy, en frente al estadio Zenit de Kiev, hay un monumento en honor de los jugadores que se enfrentaron a los nazis.Estos jugadores tienen la categoría de héroes y su historia se enseña en los colegios.
Se rodaron hasta 3 películas sobre esta historia, destacando Evasión o victoria, de John Huston, protagonizada por Michael Caine, Sylvester Stallone y Max von Sydow, bien acompañados por jugadores de la época como Pelé, Osvaldo Ardiles o Bobby Moore.